Rejuvenecer el corazón diez años

Se ha demostrado que un gen antienvejecimiento descubierto en personas centenarias retrasa la edad biológica del corazón diez años. Los científicos de la Universidad de Bristol y del grupo MultiMedica de Italia afirman que este avance podría ofrecer una posible forma de tratar a los pacientes con insuficiencia cardíaca.

Asociados con una longevidad excepcional, los portadores de genes mutantes sanos, como los que viven en las «zonas azules» del planeta, a menudo viven hasta 100 años o más y conservan buena salud. Estas personas también son menos propensas a sufrir complicaciones cardiovasculares. Los científicos creen que el gen ayuda a mantener sus corazones jóvenes protegiéndolos contra enfermedades relacionadas con el envejecimiento, como la insuficiencia cardíaca.

El equipo, dirigido por el profesor Paolo Madeddu, investigador financiado por BHF, reveló que uno de estos genes mutantes sanos, que anteriormente había demostrado ser particularmente frecuente en personas centenarias, puede proteger las células recolectadas de pacientes con insuficiencia cardíaca que requieren un trasplante de corazón. Descubrieron que una sola administración del gen antienvejecimiento mutante detenía el deterioro de la función cardíaca en ratones de mediana edad .

Aún más sorprendente es que cuando se administró a ratones ancianos, cuyos corazones exhibían las mismas alteraciones observadas en pacientes ancianos, el gen rebobinó la edad del reloj biológico del corazón en el equivalente humano de más de diez años.

La función del corazón y de los vasos sanguíneos se pone en riesgo a medida que envejecemos. Sin embargo, el ritmo al que se producen estos cambios dañinos es diferente entre las personas. El tabaquismo, el alcohol y la vida sedentaria aceleran el envejecimiento. Mientras que comer bien y hacer ejercicio retrasan el envejecimiento del corazón.

Todos queremos saber los secretos del envejecimiento y cómo podemos frenar las enfermedades relacionadas con la edad. Nuestra función cardíaca disminuye con la edad, pero esta investigación ha revelado extraordinariamente que una variante de un gen que se encuentra comúnmente en personas longevas puede detener e incluso revertir el envejecimiento del corazón en ratones.

Esta investigación aún se encuentra en una etapa inicial, pero algún día podría proporcionar una forma revolucionaria de tratar a las personas con insuficiencia cardíaca e incluso detener el desarrollo de esta condición debilitante en primer lugar.

Los hallazgos confirman que el gen mutante sano puede revertir la disminución del rendimiento cardíaco en las personas mayores. Ahora investigan ​​en determinar si administrar la proteína en lugar del gen también puede funcionar. La terapia génica se utiliza ampliamente para tratar enfermedades causadas por genes malos. Sin embargo, un tratamiento basado en una proteína es más seguro y viable que la terapia génica.

Tecnología biológica aplicada al envejecimiento

Cada año somos más habitantes en este nuestro planeta Tierra; y cada año, la esperanza de vida media sube, intentando encontrar un equilibrio entre los países más desarrollados y los de Tercer Mundo, donde las condiciones de vida son bastante adversas en algunas zonas. Pero, en general, la gente vive más, más tiempo y en mejor estado de salud.

¿A qué podría deberse esta longevidad? Bueno, hay ciertos factores que son indudables: la mejora en la alimentación, un mejor cuidado físico, trabajos no tan exigentes físicamente, y sobre todo un control médico casi continuo desde que nacemos hasta que llegamos a la vejez. Pero la biología del envejecimiento es implacable, y no entiende de razas, sexo o condición social: todos nos hacemos viejos, y las modificaciones que el envejecimiento hace en nuestros cuerpos son ineludibles. A pesar de que dicen que la edad es un número, en esta cuestión la mente va por un lado, y el cuerpo por otro; y este último, invariablemente, acaba por acusar el peso de los años.

Nótese que los factores que hemos apuntado como los responsables del alargamiento de la vida no son del todo naturales. Si te fijas, en cada uno de esos campos la tecnología, biotecnología en este caso, ha metido la mano. No podemos decir que nuestra alimentación sea ahora más natural, pero sí más completa; no podemos decir que el que nuestros trabajos no sean tan duros sea la panacea para evitar el deterioro físico, pero ciertamente se realiza lo mismo con mucho menos esfuerzo y dificultad; y difícilmente podemos decir que los medicamentos que curan o palian nuestras enfermedades no sean producto de la tecnología, aunque bendita sea la medicina y la farmacopea por estos remedios que durante siglos ni siquiera se pensaron en tener.

A avanzadas edades, estamos en mejor forma física, eso es indiscutible. Fíjate si no en los videos porno de maduras, es algo con lo que alucinar sin duda alguna. Esas mujeres mayores, jubiladas y ancianas incluso, que deberían estar disfrutando de una vejez tranquila en su papel de matronas y abuelas, van de macho en macho luciendo arrugas y mandando a paseo la incontinencia urinaria y la inapetencia sexual de la menopausia. Es verdad que el porno online, o en cualquier otro formato, es una fantasía que va directamente a nuestros cerebros para ponernos cachondos, pero ¿acaso las arrugas y las tetas caídas de estas ancianas xxx no son reales? Joder, a veces yo me pregunto qué haría si en uno de esos videos de sexo gratis apareciera mi madre, o mi abuela, o cualquier mujer mayor de mi familia. ¿Me moriría de la impresión, de la vergüenza, o del calentón que me entraría? Como nunca me ha pasado, no puedo contestar a esa pregunta; pero imagino que en mi misma coyuntura estarían las familias de todas esas maduras follando que vemos en las webs porno.

La gerontología, la ciencia que estudia y aborda el envejecimiento del ser humano desde los ámbitos biológicos, sociales y psicológicos tiene mucho que agradecer a la biotecnología, y también viceversa. Cada descubrimiento, cada invención, o cada diagnóstico que emite está apoyado invariablemente en la tecnología, que ayuda a transformar cada conocimiento en acciones u aparatos útiles que ayudan en la transición de la madurez a la vejez en los seres humanos. Sus beneficios son indiscutibles, aunque éticamente se pueda discutir si este alargamiento de la etapa vital de etapa artificial no estará creando un mundo con superpoblación, escasez de recursos naturales y cambios climáticos que puedan acabar a la larga con la vida en la Tierra.

Biotecnología aplicada a la sexualidad

Hay tanto sectores que la biotecnología ha cambiado en nuestras vidas, que casi es imposible que puede estar inmersa en ningún otro más… y sin embargo, se hace posible lo imposible. Porque quizá hemos creído que había cierta parte de nosotros que la ciencia no podía tocar o a la que no podía llegar, pero no seamos ilusos… eso casi es una utopía, y decididamente no muy real.

Un día, la sexología se hizo hizo ciencia también, y eso trajo muchos estudios, experimentos y teorías sobre todo lo que tenía que ver la sexualidad humana. Ah, pero bueno, todavía no había nada probado, ni se podía experimentar con algo verdaderamente tangible, porque por supuesto cada persona es un mundo y cada cuerpo humano cuenta una historia diferente del mismo proceso. Así que, para ser más riguroso, se añadió la biología, con sus leyes que a priori eran absolutas y sin margen de error; y por fin se unió la tecnología, para poder cambiar de alguna manera alguna de esas leyes que no nos parecían correctas, siempre para el bien común, por supuesto.

Y de esta manera, es como llegamos a algunas situaciones, como la de medir el orgasmo mediante la biotecnología. ?¿Sería eso posible? Bien, desde luego hay muchos mitos y leyenda urbana sobre el orgasmo, tanto masculino como femenino. Muchos tabúes mal entendidos, muchos estereotipos que se nos han implantado desde jóvenes, y resulta que hay mucha gente que, a la postre, ni siquiera tiene claro si es capaz de alcanzar el orgasmo, si el orgasmo es su pico de placer o si puede hacerse que sea más o menos intensos. ¿Ayudará a esto los resultados biotecnológicos?

Para empezar, hay que desterrar lo que el porno ha traído a nuestras vidas, o al menos lo que el público ha extraido de él, sin recordar que la pornografía es un entretenimiento, un arte que no tiene por qué imitar la realidad, sino solamente darnos placer estimulando nuestra mente; vamos, una explicación larga para decir que está hecha para ponernos cachondos, y punto. Lo que se deriva de esto, la práctica sexual que más nos guste, y el orgasmo que sería la consecuencia natural de esta práctica, no tiene mucho que ver con el mundo porno, sino con el sexual y nuestra propia sexualidad. Pero por desgracia nos hemos dejado llevar por estos guap@s actores y actrices porno, algunas incluso porno maduras, hombres y mujeres muy bien dotados tanto físicamente como por la belleza.

Así, creemos que el orgasmo femenino está asociado a la penetración vaginal y la estimulación del clítoris, y que no puede alcanzarse si no es con estas dos premisas; por su parte, el masculino pasa directamente por la estimulación del pene, sea cual sea, y la eyaculación. Ah, y que no se nos olvide… por supuesto a la vez si se trata de tener un coito, si no es señal de que uno de los dos no lo está pasando tan bien como el otro; y el hombre siempre debe tardar más que la mujer, porque claramente es él el que está dando el placer y el que lleva la voz cantante, porque si no es así, ya se puede ir olvidando de ser un macho en la cama. Con tanto mito absurdo, es bueno que alguien ponga algo de sentido común.

La biotecnología aplicada a las relaciones sexuales nos hace ver que, aunque los centros de placer del cuerpo humano sean en esencia más o menos los mismos, cada persona tiene sus propios puntos erógenos; y que aunque el orgasmo sea realmente la expresión máxima de ese placer, no se consigue con cierta práctica en particular, sino que hay diferentes maneras de alcanzarlo e incluso de hacerlo más intenso, aunque hay algo que decir al respecto: esa intensidad es más bien de tipo perceptivo y tiene también mucho que ver con el estado psicológico, y no tanto física, ya que el proceso corporal que lleva al orgasmo no varía de uno a otro.

Seguiremos atentos a cuántas novedades puede traernos la biología tecnológica a esa faceta tan importante de nuestra vida como es la sexualidad.

Biotecnología: sus conceptos básicos

La biotecnología se podría definir como el uso de sistemas biológicos que se encuentran en organismos o el uso de los organismos vivos para hacer avances tecnológicos y adaptar esas tecnologías a varios campos diferentes; estas incluyen aplicaciones en varios campos, desde la práctica agrícola hasta el sector médico.No solo incluye aplicaciones en campos que involucran a los vivos, sino cualquier otro campo donde se pueda aplicar la información obtenida del aspecto biológico de un organismo.

La biotecnología es particularmente vital cuando se trata del desarrollo de herramientas de tamaño microscópico y químicas, ya que muchas de las herramientas que utiliza la biotecnología existen a nivel celular.  Aunque hemos hecho uso de sus efectos durante más de 6000 años, según se calcula, en este momento puede hablarse de dos grandes tipos: la médica y la agrícola.

La biotecnología médica es el uso de células vivas y otros materiales celulares con el fin de mejorar la salud de los humanos. Esencialmente, se usa para encontrar curas, así como para deshacerse y prevenir enfermedades. La ciencia involucrada incluye el uso de estas herramientas con el propósito de investigar para encontrar formas diferentes o más eficientes de mantener la salud humana, comprender el patógeno y comprender la biología celular humana.

Aquí, la técnica se utiliza para producir medicamentos farmacéuticos, así como otros productos químicos para combatir enfermedades. Implica el estudio de bacterias, células vegetales y animales para comprender primero cómo funcionan en un nivel fundamental. Involucra en gran medida el estudio del ADN para conocer cómo manipular la composición genética de las células para aumentar la producción de características beneficiosas que los humanos pueden encontrar útiles, como la producción de insulina. Esto generalmente conduce al desarrollo de nuevos medicamentos y tratamientos, novedosos en el campo.

Fruto de este tipo de biotecnología son las vacunas y los antibióticos. Las vacunas son sustancias químicas que estimulan el sistema inmunitario del cuerpo para combatir mejor los patógenos cuando atacan el cuerpo. Lo logran insertando versiones atenuadas (debilitadas) de la enfermedad en el torrente sanguíneo del cuerpo.  Por otro lado se han logrado numerosos avances en el desarrollo de antibióticos que combaten los patógenos para los humanos. Muchas plantas se cultivan y modifican genéticamente para producir los anticuerpos; el método es más rentable que usar células o extraer estos anticuerpos de animales, ya que las plantas pueden producir estos anticuerpos en grandes cantidades.

La biotecnología agrícola se centra en el desarrollo de plantas genéticamente modificadas con el fin de aumentar los rendimientos de los cultivos o introducir características a esas plantas que les brindan una ventaja si es que crece en regiones que ponen algún tipo de factor de estrés en la planta; a saber, el clima y las plagas. En algunos casos, la práctica implica que los científicos identifiquen una característica, encuentren el gen que la causa y luego coloquen ese gen dentro de otra planta para que gane esa característica deseable, haciéndola más duradera o haciendo que produzca rendimientos más grandes que antes hizo.

La biotecnología ha proporcionado técnicas para la creación de cultivos que expresan características anti plagas de forma natural, haciéndolos muy resistentes a las plagas, en lugar de tener que seguir sacudiéndolas y rociándolas con pesticidas; un ejemplo de esto sería el hongo Bacillus thuringiensis, genes que se transfieren a los cultivos. Por otro lado, la cría selectiva ha sido una práctica que los humanos han practicado desde que comenzó la agricultura. Este método consiste en elegir los animales con las características más deseables para reproducirse entre sí, de modo que la descendencia resultante también exprese estos rasgos. Las características deseables incluían animales más grandes, animales más resistentes a las enfermedades y más animales domiciliarios, todos orientados a hacer que el proceso de cultivo sea lo más rentable posible.

Día a día con las enzimas

Sería extraño estar sentados para desayunar y no encontrar algún producto lácteo. Ya sea el típico café con leche, las tostadas con mantequilla o el bocadillo de queso. Todos ellos son productos que hemos usado durante cientos de años, y que posiblemente rara vez nos hayamos planteado que hay detrás de su producción.

Si bien es cierto que inicialmente todos estos alimentos se producían sin saber de manera exacta como se hacía, actualmente somos conscientes de lo que hacemos cuando los producimos. Además todos sabemos la evolución que han tenido en el mercado. Antiguamente teníamos la leche fresca que debía consumirse diariamente después de recogerla en el lechero. Actualmente solo tenemos que ir a un supermercado para encontrar decenas de marcas diferentes. Además también tenemos varias posibilidades, desde leche desnatada hasta leches de origen vegetal. La biotecnología ha ayudado mucho en la generación de estos productos, aunque a veces pase inadvertido.

Además de en este tipo de productos, también ha ayudado en muchos otros procesos de la industria alimentaria. El clásico ejemplo es el uso de Saccharomyces cerevisiae para la fermentación alcohólica, necesaria para la producción de cerveza. Es probablemente una de las bacterias más conocidas del sector, además de otras que se están empezando a hacer populares como las Bifidobacterias. En realidad, no sólo es importante la propia bacteria, sino que una enzima producida por ella tiene un papel clave.

Las enzimas son pequeñas proteínas que son creadas de forma natural por microorganismos, animales y plantas. De hecho, a pesar de que actualmente las enzimas bacterianas son de gran importancia, las primeras en ser utilizadas fueron las procedentes de animales o plantas. Su principal función es la de permitir que una reacción química se dé de forma más rápida. Una gran ventaja es que son de origen biológico, lo cual hace que sean biodegradables, reduciendo el impacto ambiental derivado de su uso.

Otras ventajas importantes son que tienen una gran especificidad y eficacia, de manera que no aceleran todo tipo de reacciones, sino que son muy específicos a la hora de acelerar una reacción. Clásicamente se ha asemejado a los enzimas con una cerradura, donde únicamente puede entrar un tipo de sustrato, que sería la llave. Para que nos lo podamos imaginar, nosotros tenemos una llave que abre la cerradura de nuestra casa, y únicamente nuestra llave podrá encajar con nuestra cerradura. No habrá otra llave que encaje con nuestra cerradura. De la misma manera pasa con las enzimas y los sustratos, una enzima tiene un sustrato muy específico al que puede unirse para catalizar su reacción. No es común que un sustrato pueda unirse a una enzima que no cataliza su reacción.

La primera vez que se consiguió aislar una enzima fue en 1926, por el estadounidense James Batcheller Sumner. En este caso se aisló la ureasa a partir de los frijoles, pero lo cierto es que las nuevas tecnologías nos están permitiendo aislarlas más fácilmente y a una gran velocidad. Este gran avance ha permitido que cada vez se puedan usar de forma más cómoda en la industria, ayudando en gran cantidad de procesos.

En concreto nos vamos a centrar en enzimas usadas en la industria láctea, entre las cuales debemos destacar la lactasa y la renina. La leche está formada básicamente por agua, proteínas y grasas. La mayor parte de la leche es agua, llegando a ser casi un 90% del total. En cuanto a las proteínas, se han descrito alrededor de 40 tipos de proteínas, a pesar de tener una proteína mayoritaria que es la caseína. Esta proteína es de gran interés para la industria láctea, ya que en ella se basa la producción de queso. Existe una leyenda que dice que la primera producción de queso se dio de manera espontánea, sin saber que se estaba haciendo. Un pastor asiático llevaba leche dentro de un saco junto a tripas de animales, y pasado un tiempo se encontró un cuajo formado por la leche. Si bien no se puede decir que esta historia sea cierta del todo, ahora sabemos por qué pudo pasar esto. En el estómago de los animales encontramos una enzima llamada Renina, que coagula la caseína presente en la leche, formando lo que se conoce como cuajo. Antiguamente se usaban tripas de terneros para poder fabricar queso, pero obviamente esta tendencia ha cambiado. No es viable obtener enzimas provenientes de animales, ya que esto supondría desaprovechar una enorme cantidad de animales. Es por esto que actualmente se usan enzimas provenientes de microorganismos ya que además de producirlas en grandes cantidades, son mucho más económicas. Aquí es donde entra en juego la biotecnología, haciendo que los microorganismos produzcan gran cantidad de estas enzimas, y que además no sean perjudiciales para nosotros. Las especies más usadas actualmente son Endothia parasítica y algunas especies de Mucor spp.

Nuestros antepasados probablemente disponían de una pequeña variedad de quesos, pero actualmente tenemos especialidades queseras en cada país o incluso en cada región. Nuestros gustos han cambiado, y cada vez tenemos más opciones a la hora de comprar alimentos, de manera que era necesario variar procesos en la industria para poder generar todas estas opciones. Es por esto, que además de la renina, se usan otras enzimas en la producción de queso, como las lipasas y las proteasas. Las lipasas son enzimas que hidrolizan grasas, mientras que las proteasas hidrolizan proteínas. Las lipasas aportan ese olor característico de los quesos, y se usa incluso para los quesos crema, aportando mucho más sabor.

Existe una enorme gama de proteasas usadas en la producción de queso, y en función de cual se usa, se consiguen unas características u otras. El más conocido es el ejemplo de los quesos con coloración verde-azulado, como el Roquefort o el Gorgonzola. Para poder dar este aspecto y olor característico se usa Penicillium roqueforti. El Camembert es un queso mucho más tierno en su interior, y para conseguir esto se usa otra proteasa de un Penicillium spp., en este caso Penicillium camemberti. Existen cientos de proteasas que pueden ser usadas para mejorar el sabor de nuestros quesos, y como veis cada una de ellas aporta su toque característico.

Otra enzima muy importante en este sector es la lactasa, un enzima que de forma natural todos tenemos en el sistema digestivo cuando nacemos, aunque hay personas que tienen una disminución de esta enzima causando intolerancia a la lactosa. Actualmente se habla de un 65% de intolerantes adultos, a pesar que estos valores cambian mucho en función de la zona en la que viven. Para poder usar esta enzima en el sector industrial, actualmente la obtenemos a partir de microorganismos, por ejemplo Saccharomyces lactis o Aepergillus niger. Con esta enzima lo que conseguimos es digerir parcialmente el contenido en lactosa que tiene un producto que estamos produciendo. Esto es interesante en el caso de productos como la crema de leche. Al digerir parte de la lactosa total, conseguimos unos productos que son fácilmente digeribles por personas adultas, además de tener un sabor mucho más dulce. Esto es debido a que lo que hace la lactasa, es romper la lactosa en pequeñas moléculas de glucosa y galactosa. Estas dos moléculas son básicamente azúcares. Además de disminuir el nivel de lactosa y endulzar los productos, la lactasa también permite variar la textura o la viscosidad de los productos lácteos.

Como hemos visto, la biotecnología ha ayudado mucho en el sector lácteo, buscando la mejor opción para asegurar la máxima producción de enzimas. Además en algunos casos mediante ingeniería genética se ha conseguido aumentar aún más esta producción, o incluso se han cogido enzimas potentes de algunos microorganismos y se han insertado en otros microorganismos. Por ejemplo no nos sería útil si tenemos una lactasa muy potente al romper la lactosa, pero esta enzima es sintetizada por una bacteria que solo crece a pH básicos. Pero mediante la ingeniería genética podemos hacer que otras bacterias que si crecen a pH ligeramente ácidos (como es el caso de la leche), produzcan esta potente lactasa. Es una manera de mejorar el proceso. El gran avance que está teniendo la ingeniería genética, puede hacer que en relativamente poco tiempo podamos conseguir mejorar aún más los procesos de producción de alimentos.

Mitos y realidades sobre las patentes biotecnológicas

Entre los muchos debates que enriquecen la investigación y la innovación en biotecnología, probablemente ninguno tenga tanta intensidad como el de las patentes. El origen de este mecanismo de protección de la propiedad industrial se encuentra, sin embargo, en las cédulas de privilegio que concedían los reyes durante los siglos XVI y XVII. Por tanto, no es cierto que las patentes sean un sistema moderno en la I+D+i, ya que la primera cédula de privilegio fue concedida al inventor catalán Guillén Cabier en 1522 por desarrollar un instrumento de navegación.

Éste no es el único mito que podemos descubrir al estudiar las patentes. Aunque series tan populares como Orphan Black trasladan la idea equivocada de que las patentes son “un mecanismo de propiedad atemporal”, lo cierto es que la propia definición de patente contradice ese significado. La patente, según el Derecho mercantil, es “el título que reconoce el derecho de explotar en exclusiva durante veinte años la invención desarrollada”. Es decir, este mecanismo, regulado en España mediante la Ley 11/1986, de 20 de marzo, de Patentes, no es un título de propiedad que se reconozca de manera infinita en el tiempo.

No es posible patentar descubrimientos científicos
Cuando hablamos de patentes biotecnológicas, y en particular, abordamos aquellas más polémicas, como las patentes de secuencias genéticas, no quiere decir que concedamos a un inventor “la propiedad sobre nuestro ADN”. En el caso de una patente de ácidos nucleicos, estaremos posibilitando que un científico o emprendedor pueda explotar comercialmente en exclusiva dicha invención. En otras palabras, el mecanismo de la patente evita el plagio y la explotación por terceros de nuestras invenciones, lo que no evita que algunas patentes puedan generar un intenso debate por su impacto en relación a otros derechos, como el de la protección de la salud.

Además, según recoge la Ley 10/2002, que incorpora al Derecho español la Directiva 98/44/CE, el sistema de patentes no permite proteger descubrimientos científicos, pues está restringido a aquellas invenciones que sean nuevas, hayan sido fruto de la actividad inventiva y cuenten con aplicación industrial. La regulación específica de las patentes biotecnológicas plantea algunas apreciaciones importantes en relación a la protección de determinadas invenciones, que en ningún caso pueden ir en contra de cláusulas como la moralidad o el orden público en la Unión Europea.

Los requisitos para conceder una patente no significan que este título sea el único mecanismo para proteger la propiedad industrial. También lo son otros instrumentos como los modelos de utilidad o el secreto industrial. Pero patentando una invención no sólo garantizamos que su autor disponga de veinte años para explotarla, sino también que deba hacer públicos todos los detalles sobre ella. La solicitud de patente, por tanto, debe incluir la descripción detallada y completa de la invención para que un experto en la materia pueda ejecutarla. Este requisito, que garantiza la divulgación de la invención, convierte a las patentes en una fuente de información tecnológica muy importante.

El poco conocido potencial divulgativo de las patentes puede demostrarse con un ejemplo que también atañe a la biotecnología. En 2004, científicos de la Universidad de Copenhague y de la compañía Aresa desarrollaban plantas modificadas genéticamente, cuyo color variaba a una tonalidad rojiza cuando crecían sobre un suelo en el que había enterrada una mina antipersona. La noticia, publicada en la revista Nature, ocupaba menos de diez párrafos. Era en la patente PCT/WO 03/100068 donde podíamos conocer con todo lujo de detalles la invención realizada por los investigadores daneses.

Patentes e investigación biotecnológica
Las patentes pueden ser utilizadas como fuentes de información tecnológica detallada, completa y actualizada. Pero no podemos negar que este derecho de la propiedad industrial genera ciertos conflictos con la investigación tradicional. Por un lado, en el continente europeo no podemos patentar una invención si antes ha sido divulgada por algún medio (como la publicación de un artículo científico o una comunicación en un congreso). En esos dos casos, el sistema europeo de patentes estima que el requisito de novedad no existe, y por ello, no podremos proteger la invención. Esta situación no ocurriría en Estados Unidos, donde contemplan el conocido como “período de gracia”.

Este período de gracia consiste en un tiempo no superior a los doce meses, en el que los investigadores pueden difundir sus invenciones antes de solicitar su protección. Esta característica, propia del sistema de patentes de Estados Unidos y Japón, permitió que la tecnología del ADN recombinante fuera protegida en EEUU, a pesar de haber sido difundida en varios artículos científicos. Las licencias de estas patentes permitieron que las Universidades de Stanford y California recibieran 255 millones de dólares en concepto de regalías o royalties hasta 2001.

La rentabilidad económica de las patentes es otro de los aspectos importantes en biotecnología. Y es que no sólo Estados Unidos ha puesto en valor la I+D+i de sus universidades y centros punteros. En España, la patente de la polimerasa del bacteriófago phi29, solicitada por el equipo de investigación de la Dra. Margarita Salas y el Dr. Luis Blanco, convirtió a esta proteína en la molécula más rentable de la ciencia española. No en vano esta polimerasa aportó 4 millones de euros en ingresos para el CSIC del 2003 al 2009, el 50% de las ganancias del Consejo Superior de Investigaciones Científica en royalties.

La rentabilidad de este tipo de patentes biotecnológicas ha hecho que se conviertan en un factor importante para evaluar la capacidad innovadora de un país. Pero no es oro todo lo que reluce. A pesar de que las patentes protegen invenciones, la mera solicitud no es sinónimo de generación de riqueza. Para un país como España, donde tradicionalmente no ha habido costumbre de patentar, es importante saber que no sólo debemos proteger nuestras invenciones, sino que tenemos que tratar de licenciarlas. Sólo así podremos generar ingresos económicos a través de la I+D.

En ese sentido, el caso de la polimerasa de phi29 es paradigmático. Cuando los científicos del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa solicitaron su protección, ya habían firmado un acuerdo con USB Corporation, de forma que esta empresa biotecnológica iba a licenciar la patente. Pero no sólo consiguieron la licencia, sino que la compañía también continuó renovando los derechos de la patente durante catorce años, hasta que el acuerdo comenzó a dar sus frutos. De este modo, la investigación básica realizada en el CSIC logró sin pretenderlo a priori una aplicación muy interesante de una molécula biológica que devolvería buena parte del esfuerzo económico realizado al Consejo. La historia de la polimerasa de phi29 muestra que la fórmula del éxito, a pesar de las dificultades, es posible.

No por mucho patentar…
Parafraseando al refranero español, podríamos decir que “no por mucho patentar, innovamos más temprano”. Como decíamos anteriormente, España no se ha caracterizado por una fuerte actividad de protección de sus invenciones. En el campo de la biotecnología, nuestro país ha mejorado estos indicadores, pues según datos del Informe ASEBIO 2014, el pasado año se publicaron 976 patentes biotecnológicas. Esta cifra representa un incremento del 8% con respecto a 2013.

Además, de acuerdo a los datos presentados por la Asociación Española de Bioempresas, el 65% de las patentes publicadas correspondían a solicitudes, mientras que el 35% se referían a concesiones. Del total de patentes publicadas, el 30% correspondían al sector empresarial como agente principal, aunque la cotitularidad de las patentes entre la academia y la industria privada sigue mejorando.

Los buenos resultados relativos en este indicador, sin embargo, no deberían impedirnos “ver el bosque” completo. España, en general, patenta poco y licencia menos. Promover la I+D+i sentará las bases fundamentales para que llegue la generación de valor y riqueza. Pero como decía Louis Pasteur, “no hay ciencia básica ni aplicada, sólo aplicaciones de la ciencia”. Nuestro país debe hacer un importante esfuerzo para apoyar su sistema de ciencia y tecnología si de verdad quiere cambiar su modelo productivo y así lograr que la economía se base en el conocimiento.

El último mito sobre las patentes es aquel que establece que son la única herramienta para fomentar la I+D+i. Sin restar importancia a este instrumento de protección de la actividad inventiva, lo cierto es que también existe innovación en relación a la investigación científica y técnica. Un ejemplo es el Acuerdo Público sobre los Biobricks, impulsado por especialistas en biología sintética, que plantearon una base de datos con “biobricks” o fragmentos realizados por esta disciplina, con el objetivo de que puedan ser usados de manera libre por cualquier usuario interesado. La innovación abierta es otro mecanismo en el que también se promueve la I+D+i, fomentando la colaboración entre los sectores público y privado, que reducen los costes, aceleran la investigación y comparten los riesgos.

Las patentes biotecnológicas, por tanto, no dejan de ser una fórmula más en la I+D+i, que puede complementarse con otras herramientas para conseguir nuevas aplicaciones de la ciencia y cambiar nuestro modelo productivo por otro basado en el conocimiento y generador de empleo cualificado.

Día de las enfermedades raras: los pacientes toman la palabra

Para que una enfermedad se considere rara tiene que afectar a menos de cinco de cada 10.000 habitantes. Según datos de la Federación Española de Enfermedades Raras, existen cerca de 7.000 enfermedades raras, que afectan al 7% de la población mundial. En España, se calcula que existen más de tres millones de personas con enfermedades poco frecuentes. El martes 28 de febrero es el día elegido para recordarles.

Manuela López es una de ellas. Sufre el síndrome de Behçet, una enfermedad reumática crónica que causa inflamaciones en los vasos sanguíneos en cualquier parte del organismo. Está relacionada con alteraciones del sistema inmune y recibe su nombre por el médico turco que, en 1937, la describió por primera vez.

“Yo tardé doce años en ser diagnosticada. Siempre tuve aftas bucales, pero también las tenían mi madre, mi abuela y mis primas. Y nunca imaginé que pudieran estar relacionadas con mis problemas en la vista –acabé perdiendo el ojo derecho por las uveítis– o las úlceras de sus piernas. Pero me daba vergüenza decírselo a los médicos, por si consideraban que tenía algún problema mental”, recuerda Manuela, que preside la asociación española de pacientes afectados por esta enfermedad.

El primer tratamiento se centró en las aftas bucales y con corticoides para reducir la inflamación. En una segunda fase, pasó a diferentes inmunosupresores hasta que el cuerpo se acostumbró a estos fármacos y tuvo que pasar a los fármacos biológicos, que han permitido mitigar su dolor.

“No es lo frecuente, que funcione el primer fármaco biológico. Se suele ir probando hasta que se encuentra el que es eficaz”, explica.

Otra opción de tratamiento es apremilast, una molécula pequeña que ha demostrado ser útil en las aftas y que se utiliza también en psoriasis y artritis psoriásica.

Como detalla José Luis García, director médico de Celgene, “los datos en los ensayos con el fármaco, hasta ahora, son esperanzadores y estimulantes. Invertir e investigar bien son las únicas soluciones para dar respuesta a las enfermedades raras. No es lo mismo suprimir que modificar, y es ahí donde nuestra molécula logra ofrecer alternativas a patologías tan complejas. Es fundamental que para que avancemos se apueste por las verdaderas innovaciones desde todos los estamentos del sistema de salud.”

Manoli aboga por la investigación tanto del componente genético como de los factores ambientales que desencadenan la enfermedad. “Una vez que se sepa, quizá se pueda curar. Mientras, pido una aproximación terapéutica más acertada, con más investigación y un mejor trato a los pacientes, que acabamos sabiendo más de nuestra enfermedad que los propios médicos. Pero no tenemos voz: el médico tiene que saber de medicina y, además, darnos un trato humano”, lamenta.

El papel clave de la biotecnología

La biotecnología está jugando un papel clave en la investigación de las enfermedades raras: el pipeline de biotecnología biosanitaria, publicado en ASEBIO en 2012, destacaba que el 55% de los proyectos en desarrollo por empresas biotecnológicas españolas se centran en este ámbito. Uno de los mayores retos es potenciar la colaboración entre la investigación básica y la práctica clínica. La mejora en millones de vidas depende de ello.